Columna / Mario Caballero

Letras Desnudas / Mario Caballero

*** Propuestas, no protestas

Partamos esta disertación preguntando qué es más fácil, ¿destruir o construir? Obvio, lo primero no sólo es más fácil de llevar a cabo, sino incluso hasta se antoja divertido. Si trasladamos esa misma pregunta a cualquier terreno profesional, la respuesta seguirá siendo siempre la misma.
Construir un simple muro, por ejemplo, no sólo implica trabajo físico, también requiere de esfuerzo, inversión de tiempo y recursos, trabajo en equipo, colaboración, organización, ideas, un plan de acción, liderazgo, profesionalismo, compromiso, metas y objetivos comunes. Porque para destruir una pared no hace falta más que dos o tres personas, unos mazos y un cartón de caguamas. Y es posible que la tarea no sea concluida ese mismo día y ni por la misma gente.
En estos tiempos coyunturales y de profunda definición política bien vale la pena hacer esa pregunta. “¿Construir o destruir? Esa es la cuestión”, diría el príncipe de Dinamarca.
El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), nació en 1943, en aquella época del sindicalismo charro, y al igual que los demás sindicatos nacionales como el petrolero, ferrocarrilero y el de telefonistas, fue manipulado por el entonces partido hegemónico, el PRI.
Los gobernantes priistas ejercieron control sobre él a través de sus líderes, a quienes tuvieron de aliados a cambio de prerrogativas, dinero, dádivas, regidurías, sindicaturas, alcaldías, diputaciones, senadurías, gubernaturas y hasta partidos políticos.
Por tanto, las bases sindicales del SNTE al ver la corrupción y complicidad de sus dirigentes, y ante las crecientes necesidades económicas del gremio y las de sus propias familias, en 1979 crearon la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), que no es un sindicato sino una agrupación de maestros autodeclarados libres.
La CNTE nació sin ideología propia. Así que acogió proclamas, símbolos, discursos y el carácter que identifica a las fuerzas políticas de izquierda, pero también a grupos guerrilleros de Latinoamérica. “Hasta la victoria siempre”, la frase mítica del matón Ernesto Che Guevara, está impresa en sus documentos oficiales, en sus estandartes y arengas. De haber tenido un poco de imaginación hubieran inventado su perteneciente distintivo con el cual relacionar la lucha por mejorar sus prestaciones laborales y económicas que dice encauzar.
Igual que toda organización independiente fue cooptada por los gobiernos para tener sobre ella algún control como en Oaxaca, Guerrero, Michoacán, Veracruz y Chiapas, entidades donde la CNTE tiene mayor presencia y donde, también, en años pasados ha ganado gran poder político y económico para sus líderes.
Ahora que estamos en el principio de una etapa gubernamental que ha generado grandes expectativas en la enorme población mexicana, qué han hecho esas dos agrupaciones, ¿construir o destruir?

GARROTES Y DINERO
Qué es más fácil, ¿tomar un garrote para romper todo lo que se te ponga enfrente o tomar un lápiz y escribir una idea que ayude a cambiar al mundo? ¿Destruir o construir?
Por falta de principios, credo y moralidad, la CNTE cambió los objetivos que la vieron nacer. Y por lo mismo, a sus líderes se les hizo más fácil chantajear y coaccionar al gobierno y no hacer planteamientos, no expresando sus inconformidades dentro de la legalidad y promover el gran debate educativo para mejorar no sólo la situación laboral de los profesores a los que supuestamente representa, también buscar el desarrollo educacional de los niños y jóvenes del país.
La reforma educativa de Peña Nieto nació con la aparente intención de elevar la calidad de la educación en México, pero nada más se centró en decomisar la rectoría de la educación que el sindicato ejercía en los hechos. Pero lo más lamentable fue que la cúpula de la CNTE la tomara de pretexto para coordinar un movimiento que durante los pasados seis años solamente engrosó los bolsillos de los dirigentes. Nada hubo para los profesores que marcharon.
En lugar de proponer un plan alternativo a la nueva legislación, mejoras o ya de plano enmiendas que garantizaran el respeto a sus derechos, se dedicaron a combatir al gobierno federal y estatal con las herramientas más primitivas: la piedra y el garrote.
No hay forma de desmentir que su intención no fue proteger al maestro de la “reforma punitiva”, sino enriquecerse. Una investigación publicada en el periódico Excélsior revela que el exgobernador de Chiapas, Manuel Velasco Coello, realizó una serie de trasferencias bancarias a favor de los cabecillas de la CNTE.
En octubre de 2015, un mes después de que fuera levantado el plantón de más de cuatro meses en el zócalo de Tuxtla Gutiérrez, el gobierno anterior hizo un depósito por 133 millones 800 mil pesos a una de las cuentas de la Sección 7 de la CNTE en el Banco Santander. De manera adicional, le realizó otras dos transferencias. La primera por 9 millones 288 mil y la segunda por 2 millones de pesos, recursos que salieron de la Subsecretaría de Educación Federalizada para la supuesta compra de material bibliográfico.
En octubre de 2016, la SEF dispuso de 20 millones de pesos más que sacó del Banco Mercantil del Norte para entregárselos a la CNTE. ¿Saben eso los maestros? Obviamente no, pues esa negociación se dio en la más completa clandestinidad y ni Adelfo Gómez, Alberto Mirón y el actual líder, Pedro Gómez Bámaca, dieron informe de los millones que recibieron mientras el grueso del magisterio pasaba calor, hambre y sed en las calles.
En este 2019, cuando el presidente ha cancelado la reforma educativa anterior, pero conserva para el gobierno el control de la política educativa y las plazas, tal como debe ser, la CNTE se declaró en alerta máxima. Y ha dejado en claro que va por todo. Y la verdad no busca defender los derechos laborales de los educadores, sino recuperar los antiguos privilegios. Y para ello no propone nada, más que sus caprichos.

UNA NUEVA ETAPA
Imposible negar que el SNTE tiene tras sí un pasado ominoso, lleno de confabulaciones y abusos de poder, en el que muchos de sus dirigentes en los distintos estados de la República se llenaron las manos con el dinero que les dio el gobierno. No obstante, se puso de pie y se está alzando no contra la reforma educativa, sino contra todo aquello que lo desprestigió y le quitó credibilidad ante la sociedad y sus agremiados.
En lugar de utilizar su inmenso poder para someter al presidente, así como en el pasado, está construyendo las bases de una nueva etapa en el sindicato. Ahora en el SNTE se habla de democracia, legalidad, profesionalización y fortalecimiento. Consciente de que el elemento vital tanto para el SNTE como para la sociedad es el maestro, a través de una planeación estratégica ha trazado foros, cursos, consultas y talleres que tienen como fin potencializar las capacidades intelectuales y culturales de los educadores. Sin duda un logro histórico para el sindicato magisterial.
Nada más aquí en Chiapas la Sección 40 del SNTE, encabezado por el maestro Ángel Paulino Canul Pacab, ha celebrado varios convenios con organismos profesionales autónomos, como AMARA Fundación Pro Autoestima, A.C., para ayudar a los docentes a fortificar sus experiencias y así ayudar a elevar entre sus alumnos el concepto que tienen de su persona, valores y de su potencial. El compromiso es con el bienestar y el desarrollo profesional de sus agremiados. Pensar en la educación, es asumir responsablemente el futuro.
En cuanto a la reforma educativa, el SNTE entregó un documento al gobierno de AMLO que llamó Pliego Nacional de Demandas en el que manifiesta las necesidades del magisterio, la problemática educacional y hace una serie de planteamientos acerca de cómo enfrentar el rezago educativo, elevar la calidad de los profesores, garantizar los derechos labores y trabajar en el reforzamiento de valores e ideales en las escuelas. Sugiere y opina en lugar de bloquear y agredir.
El analfabetismo y rezago educativo en México suman actualmente casi 29 millones de personas. Y no es con violencia como se resolverá la crisis educativa, sino con ideas y proyectos. Por eso hay que festejar que el SNTE esté dando ese giro que lo reivindique ante los mexicanos y lo vigorice como un elemento de cambio y progreso, porque eso son los maestros.
La violencia y los plantones son para los vándalos. Los que protestan, sólo destruyen. Quienes proponen, construyen. Y México necesita propuestas, no protestas. ¡Chao!

@_MarioCaballero