Desigualdad social

Para comprar los productos de la canasta básica mensual (11 mil 246 pesos) para una familia de cuatro, con un salario mínimo, se necesitan cuatro meses y dos semanas de trabajo. Si a esto se suman los servicios (casi 15 mil pesos), costaría seis salarios mínimos –sólo cinco de cada 100 personas ocupadas en Jalisco tienen una percepción similar– de tomarse en cuenta los 88.36 pesos en los que estaba el valor en 2018.

A pesar de que el Banco de México (Banxico) esperaba cerrar 2018 con máximo 4.25%, al final reportó 4.8%. Sin embargo, la investigación “Canasta básica e índice de precios al menudeo en la ZMG” del Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas (CUCEA) de la Universidad de Guadalajara (UdeG), reveló que durante el último bimestre de 2018 (noviembre-diciembre), la inflación fue de 7.5%, es decir, casi el doble de la que se maneja de manera oficial.

Héctor Luis del Toro, economista y profesor investigador del Departamento de Métodos Cuantitativos de CUCEA, explicó que aunque haya alza en el salario mínimo, como la más reciente, de 16.21 pesos, mientras no se regulen los precios de la canasta básica y sigan aumentando en carrera con el salario, éste seguirá sin ser suficiente.

De acuerdo con el Artículo 123 de la Constitución, los salarios mínimos generales “deberán ser suficientes para satisfacer las necesidades normales de un jefe de familia, en el orden material, social y cultural, y para promover la educación obligatoria de los hijos”.

Fuera de alcance

No obstante, al menos seis de cada 10 personas pueden no consumir productos necesarios en la alimentación como carne, pollo, pescado, fruta, cereales y leche, pues quedan fuera de su alcance económico. Lo que provoca la incorporación de más miembros de la familia, incluso menores, a la actividad laboral.