Francisco Gurguha / Columna

Vértebra política

Por Francisco Gurguha

“Chiapas me duele, así como encanta por su grandeza, no puedo dejar de sentir un hueco en el estómago a mirar que la miseria, el hambre, la desigualdad es tan actual como la de hace un siglo… Pero duele más el silencio de tantos chiapanecos que viven creyendo que así son las cosas, que es parte de la normalidad… ¿O tendremos que esperar a que Chiapas vuelva a incendiar al país entero, para aceptar que Chiapas también es México?”… Así concluye su artículo del pasado 31 de julio el periodista mexicano Miguel Ángel López Farías en RedFinancieraMX, divulgado de viva voz por todo el país a través de ABC-Radio, tras referirse puntualmente al deterioro social e institucional de la entidad, donde sin el menor recato los políticos de todos los niveles, llámense de quinta o primera línea de gobierno, han hecho de las suyas con o sin la venia de Manuel Velasco Coello, gobernante a quien le quedó muy grande el cargo y hoy por hoy encabeza las listas de los más corruptos en el país y con las más altas deudas en sus administraciones… Y es que en Chiapas ya se volvió tradición permitir todo acto de corrupción proveniente de mandatarios y gente que los rodea… Son pocos los manifestantes y muchos los protestantes… Todo mundo grita desde su alcoba, pero no se arriesga a salir a las calles para defenderse de la desvergüenza… El chiapaneco prefiere llorar en su almohada hasta inundarse que mover un dedo para salvar la democracia y el decoro de su pueblo, su familia, su dignidad… Llevamos dos sexenios continuos de robo descarado, represión, inseguridad, homicidios dolosos, narcotráfico, inmunidad e impunidad total de quienes encabezan las administraciones gubernamentales… Y Chiapas aún no despierta… Y como dice el periodista López Farías: “La tierra en Chiapas es tan generosa que mientras haya mangos y gallinas, o pescado y frijoles, no habrá necesidad de pensar en lo que se les está debiendo”… Pareciera que se creen el eslogan de “la cultura del esfuerzo”, mientras pasan las carretadas de dinero del pueblo hacia las bolsas del círculo más preciado de Manuel Velasco Coello… La muestra más descarada es la del Vicegobernador Eduardo Ramírez Aguilar, quien con apenas 15 años en la política aldeana, ha logrado amasar una fortuna incalculable que, dicen los expertos, ya rebasa los mil millones de pesos entre constructoras, hoteles, ranchos, ganado, restaurantes, fraccionamientos, hospitales privados, gasolineras, franquicias de diversa índole, casas de empeño, medios de comunicación y todo aquello que pueda imaginarse sin parpadear… Y los chiapanecos amanecemos del diario con su carota en todas las paradas de transporte público construidas por Carlos Penagos Vargas, su pupilo estrella y suspirante a suceder a Fernando Castellanos Cal y Mayor, y ni el INE ni ninguna otra autoridad electoral frena la frenética campaña de este señor que un día es Zanja negra y al otro se convierte en Jaguar, como si fuera el mitológico Nagüal… Aprovecha la necesidad del pueblo para llevarles todo tipo de utilitarios grabados con su nombre y adusto rostro de falsa sonrisa, en espera de un gesto espontáneo que le certifique como el mesías o redentor del pueblo al que ha pisoteado y exprimido inmisericordemente… Pero es el mismo pueblo el culpable de sostener a estos verdugos; es el responsable de permitir el quebranto de las leyes, las instituciones y los recursos económicos, así como de los recursos naturales… Llevamos dos sexenios juntos sin obra pública, sin rescate al campo, a la agricultura, a la pesca, etcétera; con indígenas y campesinos sumidos en una angustiante pobreza que hiere hasta el tuétano… Las calles de Chiapas son las mismas de hace 50 años; los edificios viejos igual; pero los pobres cada vez son más y más… En 12 años han desparecido cientos, si no es que miles de negocios locales, pero se han infestado las principales ciudades de plazuelas con negocios de dudosa procedencia, ex profeso para lavar dinero del crimen organizado… Los drenajes y las alcantarillas colapsan cada año; apestan a gobierno que no ve, no escucha, no atiende… El consumo de drogas supera al consumo del alcohol… Pero no hay gobierno que robe que no tenga la anuencia de alguien y, en Chiapas, el pueblo es cómplice… Por eso duele sabernos sumisos al engaño y no mostrar el valor de nuestra estirpe ancestral para defendernos de la deshonra… Ya nos dimos cuenta que todas las instituciones son iguales; ya nos dimos cuenta que fueron creadas para tomar por asalto los gobiernos; ya nos dimos cuenta de que no nos harán caso por ninguna otra vía que no sea la del voto razonado, inteligente y no cooptado por una torta y un refresco, o un kilo de azúcar, arroz o frijoles… Tenemos la oportunidad de oro para definir, con viveza, lo que realmente le hace falta al pueblo… No debemos permitir una vez más la imposición de ladrones imberbes, lobos disfrazados de caperuzas, falsos corderos y de gatos pintados de jaguares… Son peligrosos con el dinero del pueblo, no le tienen lástima a los pobres, ensucian la dignidad humana, la mancillan… Asesinan a mansalva, encarcelan, desaparecen, inventan cargos… No podemos permitir que estos mismos forajidos continúen la dinastía de la corrupción heredada por Pablo Salazar Mendiguchía y acentuada por Juan José Sabines Guerrero y Manuel Velasco Coello… Ser omisos nos ha costado la miseria del campo, la quiebra de los comercios y la cárcel y la muerte de mucha gente inocente… No esperemos a otro Sub Comandante Marcos para el 1 de enero del próximo año; no esperemos a otros indígenas encapuchados que nos muestren cómo se debe enfrentar y frenar al gobierno, comencemos ahora con un acto de contrición y llamemos a la misma sociedad a una revuelta profunda, a conciencia, donde participemos todos y no permitamos que más de 11 mil millones de pesos, que costarán las próximas elecciones, se vayan a la basura por una mala práctica de nuestra verdadera democracia… Reconstruyamos el Chiapas al que estábamos acostumbrados a habitar, no el que nos devastan los actuales depredadores… No sirvamos de comparsas, pensemos en el futuro de nuestros condescendientes, heredemos paz, desarrollo, prosperidad, seguridad y viviremos hasta el último día de nuestras vidas con orgullo y dignidad…

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