Mario Caballero / Columna

Letras  Desnudas / Mario Caballero 

*** El retrato de un tirano

El año pasado, Pablo Abner Salazar Mendiguchía regresó a la escena pública a través de un vídeo que difundió en las redes sociales. En él, además de culpar a Juan Sabines Guerrero de endeudar al estado, hablar del resurgimiento del “Movimiento por la Esperanza” que impulsó su carrera política en el 2000 y dar a entender que después de su salida del gobierno del estado los chiapanecos nos quedamos tan solos como Adán en el Día de las Madres, prometió que volvería al poder. Y ya es candidato independiente al Senado de la República.

Ahora, buscando el voto miente al querer hacer pasar su fracaso como gobernador por buenos logros: “Heredamos al pueblo de Chiapas gobernabilidad, una administración moderna, finanzas ejemplares con cero deuda y una sociedad con estabilidad y entusiasmo social”.
Pero la verdadera herencia de Pablo Salazar es esta:

En diciembre de 2000, se inició con Salazar Mendiguchía el primer gobierno venido de la alternancia democrática en Chiapas, que al final resultó ser un gobierno represor, con encarcelamientos injustificados, destierros, desapariciones de líderes políticos y sociales, con más de un centenar de muertos y la corrupción de miles de millones de pesos.

En febrero de 2001, tres meses después de iniciado el gobierno, Pablo utilizó la fuerza pública para reprimir a los pobladores del municipio de Ixtapa que pretendían instaurar un gobierno autónomo.

En junio del mismo año, en la comunidad San José, en Marqués de Comillas, un grupo de policías robó, golpeó a hombres y mujeres, y encarcelaron sin justificación a más de cincuenta personas. Durante todo el sexenio de Salazar se contabilizaron por lo menos 20 operativos policiacos en Ixtapa y San José.

El 28 de enero de 2003, en el paraje Tres Cruces, municipio de San Juan Chamula, murieron cinco personas en la ejecución de una orden de aprehensión ordenada por el gobierno salazarista y que fue llevada a cabo por la Agencia Estatal de Investigaciones (AEI), la Policía Sectorial y elementos de la policía municipal de Chamula, que fueron dirigidos por la entonces subprocuraduría de justicia indígena.

El 13 de noviembre de 2006, murió más de una decena de indígenas de la comunidad  Viejo Velasco, en Ocosingo, en un enfrentamiento entre comunitarios y autoridades estatales. Los pobladores exigían respeto a sus usos y costumbres y Salazar respondió con intolerancia y la fuerza pública. Más de cien indígenas murieron en altercados violentos con el gobierno de Pablo Salazar.

El jueves 10 de octubre de 2002, tres sicarios supuestamente contratados por Salazar Mendiguchía golpearon al abogado Pedro Raúl López Hernández, entonces presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos en Chiapas, que después de una larga disputa con el gobernador fue desaforado por el Congreso local, inculpado de delitos inexistentes y obligado a huir del estado por temor a las amenazas de muerte. Una noche, César Chávez Castillo, coordinador de asesores del gobierno de Chiapas, le dijo: “Tú escoge, cabrón: destierro, encierro o entierro”.

El 24 de marzo de 2001, Pablo Salazar mandó a disolver con la fuerza pública la decisión de los magistrados de nombrar presidente del Poder Judicial del Estado a Jorge Clemente Pérez. Imponiéndose sobre otro poder constitucional. Este caso tiene similitud con el atentado de Victoriano Huerta, el 10 de octubre de 1913, cuando usando al Ejército Mexicano ordenó la disolución de la Cámara de Diputados y envió a los congresistas a la cárcel.

El 17 de febrero de 2004, el Congreso de Chiapas aprobó la reforma al Código Penal del Estado que fue conocida como “Ley Mordaza”, iniciativa de Salazar Mendiguchía. Con esa ley, Pablo castigaba a sus opositores, críticos, con prisión de tres a nueve años y una multa de cien a mil días de salario. Nadie podía atreverse a cuestionar, denunciar y ni siquiera sospechar actos de corrupción de un servidor público estatal.

El 27 de octubre de 2005, como producto de la ley mordaza, agentes de la temible AEI, con armas de alto calibre, detuvieron en la ciudad de Tapachula a Enrique Zamora, editor del periódico ‘El Orbe’, que días antes había hecho una publicación cuestionando a Salazar por el destino de los 11 mil millones de pesos que la Federación destinó para la reparación de los daños causados por el huracán Stan. La arbitraria detención fue publicada por diversos diarios en España, Estambul, Colombia, Puerto Rico, Holanda, Uruguay, Perú, países del Medio Oriente y Estados Unidos.

Entre diciembre de 2002 y enero de 2003, murieron 35 recién nacidos por una infección contraída en el Hospital K de Comitán. Los padres de los neonatos alegaron negligencia médica, falta de medicamentos y abandono por parte del gobierno del estado. A buen tiempo los médicos le solicitaron a Pablo Salazar el helicóptero del gobierno para trasladar a los niños a la Ciudad de México y fueran atendidos. Había esperanza de salvarles la vida, pero se los negó. En el momento de la muerte de los bebés, Salazar estaba de viaje en Brasil y prestó la aeronave para traer a un jugador de fútbol del país de Guatemala e integrarlo al equipo Jaguares de Chiapas.

El 13 de agosto de 2003, murió Joel David Martínez López, trabajador de la Escuela Normal Rural Lázaro Cárdenas del Río, del Estado de México, después de recibir un balazo en el pecho proveniente de los elementos de Seguridad Pública del Estado.
Al momento de recibir el disparo, Martínez López conducía el autobús donde se trasladaban los alumnos de la Escuela Rural Normal Mactumatzá que venían de hacer una manifestación frente a Palacio de Gobierno. De dicha muerte, Mariano Herrán Salvatti culpó a los estudiantes y detuvo a 177 alumnos, sembró drogas entre las pertenencias del difunto del que dijo estaba drogado al momento de su muerte, arraigó a maestros de la Mactumatzá y mandó a golpear a padres de familia, incluidos niños y ancianos, cuando los policías atacaron a los normalistas dentro de la escuela.

En 2005, Salazar Mendiguchía reprimió a los maestros. Se burló de ellos. Los denigró. A muchos los encarceló, a otros los privó de sus salarios y a algunos más los corrió del estado. Estando en campaña electoral les ofreció el cielo, y una vez en el poder los mandó al infierno. Literal.

Los días 3, 4 y 5 de octubre de 2005, el huracán Stan golpeó fuertemente en varios países de Centroamérica, incluido México, causando 1620 muertes y cuantiosos daños materiales. Chiapas fue el estado más afectado del país. Días después de la tragedia, el Congreso de la Unión autorizó 11 mil millones de pesos para la reparación de los daños. De ese dinero nada más hay una serie de imágenes donde aparece Salazar anunciando el proyecto de reconstrucción, teniendo como fondo varias máquinas trabajando en la remoción de escombro y en el desazolve de caminos. Hasta el momento, existen varias demandas contra Salazar que lo acusan del desvío de esos recursos públicos.

El 7 de junio de 2011, Pablo Salazar fue detenido en el Aeropuerto Internacional de Cancún por agentes de la procuraduría de Chiapas y trasladado al penal “El Amate”, en Cintalapa, acusado de peculado, asociación delictuosa y el fraude de 104 millones de pesos.
Todo lo anterior sigue impune.

DE VUELTA… AL OSCURITO
Dice el poema de Salvador Díaz Mirón: “Hay aves que cruzan el pantano y no se manchan”, el pantano de Pablo Salazar es de esos.
“Quiero convencerte de que hay otro camino (…) Únete al Movimiento de la Esperanza (…) Hoy no es el tiempo de hablar de candidaturas, es el tiempo de empezar a construir lo que merecemos (…) Si haces esto te lo firmo ya: serás parte de una nueva fuerza política y moral en Chiapas (…) El objetivo es que el Chiapas que vea crecer a nuestros hijos sea mejor que el Chiapas que los vio nacer”, dice Salazar en uno de sus recientes discursos.
Estos pronunciamientos no son sino esquelas de cinismo. El sol no puede taparse con un dedo. Pablo Salazar no puede engañar a nadie. ¿Con qué derecho habla de elevar la moral de la política si él nunca la ha tenido?
Una frase entre la comunidad evangélica, dice: “Muchacha, si tu novio te quiere llevar al oscurito no es para enseñarte un corito”. Salazar quiere ir al Senado pero no para defender y proteger los intereses de los chiapanecos, sino presumiblemente para evadir la justicia y de paso llevarnos a lo oscurito. ¡Chao!

@_MarioCaballero