José Luis Castillejos / Opinión

¡Así no!, Manuel / José Luis Castillejos

Hoy si te pasaste Manuel. Hoy te olvidaste que eres padre e hijo y que eres gobernador de Chiapas, un estado que tuvo la desdicha de elegirte.
No sé qué te pasó. ¿En qué momento se te subió la soberbia a la cabeza y te olvidaste lo que es ser hombre en toda la extensión de la palabra?
Hoy a las mujeres y niños de Chiapas, que representan a la sociedad, a los desplazados, a los pobres, los olvidados, los sin sangre, los reprimiste a través de tus policías y los ahogaste con gas lacrimógeno.
No se vale porque eres hijo y aún tienes madre. Se te olvidó que este pueblo está deseoso de esperanza y tú ya no la representas.
Se te olvidó que hombre no es aquel que va de prisa en aras del poder. Ni es hombre aquel que desde el mandato popular reprime a los de abajo y se arrastra con los de arriba.
¿Qué te pasó Manuel? Hiciste de esta vida política tu tumba y la tumba será tu morada.
Te olvidaste del dolor y queda claro que eres un hombre de poca alegría.
Dijiste muchas veces que los niños, las mujeres y los ancianos eran tu vida. Ellos, muchos de ellos, necesitan de la protección y asistencia humanitaria y no de gases lacrimógenos.
Necesitan comida, medicinas, hospitales, ingresos, seguridad y techo para vivir, pero no bombas, Manuel.
No cabe duda que eres improvisado de la política y un arribista. Este que dices es tu pueblo, lo reprimes. Su único delito es pedirte que les pagues, que no seas tranza y te enojas.
No te enojes Manuel y no encarceles a quienes elevan la voz de la protesta.
Más bien en tu soledad personal reflexiona qué hiciste por Chiapas y verás que todo lo hiciste mal. Permitiste el saqueo, te llevaste hasta las lámparas de las calles de pueblos y villorrios.
Así no, Manuel. Es tiempo que te vayas de Chiapas y ya no vuelvas.
Le haces daño a este hermoso y sensible pueblo que sexenio tras sexenio aporta sus pocas gotas de sangre para que las hordas de políticos lo saqueen.
Espero que cuando veas las fotos de los niños llorando pidas perdón, aunque sea en tu fuero interno. Ojalá y nunca tu hijo se avergüence por lo que fue su padre y ojalá con él no se repita, a futuro, el saqueo porque a lo mejor lo meterás y contaminarás con la política, esa que te empobreció el alma.
Lo de hoy, Manuel, no tuvo madres.
Así no!