Mario Caballero / Columna

Letras Desnudas / Mario Caballero

*** Adiós al mapache

Habría que agradecerle a la providencia si por fin Amador Rodríguez Lozano abandona Chiapas. Darle gracias por el placer de decirle adiós a ese ex priista y afamado mapache electoral que ha sido cercano a bajacalifornianos infames como Jorge Hank Rohn y Fernando Castro Trenti, ambos acusados de amasar fortunas a través de la corrupción. Gracias por no ver más a ese fuereño que se enriqueció siendo colaborador de los exgobernadores Pablo Salazar, Juan Sabines Guerrero y Manuel Velasco Coello.
Amador Rodríguez dice ser de Tijuana, Baja California. Es licenciado en Derecho y se afilió al PRI en los años setenta. Bajo esas siglas fue senador de la República y dos veces diputado federal. Pero a pesar de haber ocupado cargos partidistas y en la administración pública, era un político mediocre. Hasta que se acercó al chiapaneco César Augusto Santiago en el lejano 1983.
César Augusto era para Rodríguez Lozano más que un padre. Y era tanta la devoción de éste que un día lo describió como “un hombre brillante, elocuente y gran jurista”. A su lado aprendió el arte de la simulación, y durante mucho tiempo colaboró con él en el robo de urnas, falsificación de actas de casilla, negociación de candidaturas y en la compra de votos.
En las elecciones de Coahuila de 1993, Amador se consagró como mapache electoral al crear una nueva táctica de fraude que se conoció como “dedito caliente”. Consistía en la elaboración de una tinta que podía borrarse fácilmente con acetona, lo que permitió que los electores votaran varias. En complicidad con las autoridades electorales se repartieron decenas de cajas con frascos de esa tinta. Las personas depositaban su voto, se limpiaban el pulgar, los subían a una camioneta y de vuelta a votar. Así varias veces. Fue de esta manera que el priista Rogelio Montemayor ganó la gubernatura de su estado.
En 2001, Rodríguez Lozano buscó ser candidato a gobernador de Baja California por el PRI, pero alegando falta de equidad y violación a los estatutos renunció a su militancia. Luego intentó postularse por el PRD. Finalmente, el PT le dio la candidatura y fue duramente derrotado en las urnas. En 2006 fue abanderado de la Coalición por el Bien de Todos al Senado y también perdió. Ante su fracaso en su estado vino a Chiapas por invitación de Pablo Salazar Mendiguchía.

SU FORTUNA EN CHIAPAS
En el gobierno de Salazar fue coordinador general de gabinete y representante del gobierno del estado de Chiapas en el entonces Distrito Federal. No obstante, sus nombramientos eran sólo una fachada ya que su verdadera función era la de asesor jurídico del gobernador. Se encargaba de redactar proyectos legislativos que facilitaran la corrupción y garantizaran impunidad para todos los funcionarios de esa administración.
Fue el autor de la iniciativa que desapareció la Gran Comisión del Congreso del Estado para crear la Comisión de Régimen Interno, a través de la cual el exmandatario le arrebató el control a la mayoría del PRI. Afortunadamente, dicha iniciativa de reforma fue desechada por una controversia constitucional.
Por esos tiempos, Rodríguez Lozano era presentado como “estratega electoral”. Se cuenta que llegaba a los municipios a nombre del gobernador en busca de candidatos, pero su fin era extorsionar a los alcaldes y quitarles la estructura electoral. Al término del sexenio, Salazar Mendiguchía lo envió a coordinar la campaña política de Juan Sabines Guerrero, pero éste se opuso y colocó en su lugar a su amigo Ángel Córdova Toledo, quien operó para que el Congreso local le aprobara la Cuenta Pública y quedara exento de cualquier demanda judicial posterior.
Sin embargo, el trabajo de Córdova Toledo fue un desastre. En varios distritos electorales aparecieron “casillas zapato” (casilla donde el 100% de los votantes apoyan al mismo candidato) a favor de Sabines Guerrero. Es entonces que los “oficios mapachísticos” de Amador Rodríguez Lozano y sus influencias en el centro del país impidieron el recuento de votos y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación le dio el gane a Sabines por una diferencia de 0.22%. Un clarísimo fraude.
En pago, Juan Sabines lo nombró coordinador general de gabinete y representante del gobierno del estado en la Ciudad de México. En octubre de 2007, le dio la titularidad de la Procuraduría General de Justicia del Estado en una grave violación a la Constitución local que establece que sólo un chiapaneco por nacimiento puede ocupar dicha posición. Y a sugerencia de él, Sabines reformó la Constitución estatal para cambiar de nombre a la Procuraduría por el de Ministerio de Justicia.
En ese sexenio su fortuna incrementó de manera alarmante y se le conoció como “el señor de los caballos”, pues en el lujoso rancho que compró por el rumbo de Suchiapa mantenía numerosos caballos pura sangre.
En esa época, Amador Rodríguez protagonizó uno de los episodios más bochornosos en la procuración de justicia: en medio de una portentosa labor mediática anunció el decomiso de dos toneladas de cocaína. Pero una semana más tarde salió a aclarar que sólo se trataba de “leche en polvo” y le dio ganas de bailar un cumbión bien loco. ¡Ay, Papantla, tus hijos vuelan! Después de eso fue obligado a renunciar y le devolvieron su nombre a la Procuraduría.
En 2010, la Secretaría de la Función Pública lo señaló de presunta complicidad en el desvío de 50 millones de pesos de recursos públicos y en la disposición ilegal de 342 mil dólares de la Dirección de Bienes Asegurados, que fueron depositados en varias cuentas bancarias en pesos mexicanos. En otro expediente, el 268/DPA-CC/2010, se le investiga por irregularidades en el manejo de 12 millones de las finanzas de la Procuraduría de Chiapas y por retiros injustificados por 26 millones de pesos.
En 2009, todavía siendo gurú electoral de Sabines, impulsó una reforma para suspender los comicios de 2010 para elegir ayuntamientos. Proponía que los legisladores asumieran como alcaldes y éstos de diputados. Una controversia constitucional terminó con su absurdo proyecto legislativo. A partir de ahí desapareció por un tiempo.

OJALÁ NUNCA REGRESE
Hace seis años quiso regresar a su tierra como coordinador del candidato del PRI a la gubernatura de Baja California. Empero, se dijo que Amador había desviado el dinero del proceso electoral y hasta lo culparon de haber hecho perder al priista. Ante las acusaciones, tuvo que volver a Chiapas y el exgobernador Manuel Velasco Coello lo hizo titular del Instituto de Administración Pública, cargo con el que chantajeó a los alcaldes del estado.
En la reciente elección a gobernador de Baja California, Rodríguez Lozano fue el mapache electoral que operó a favor de Jaime Bonilla. Además, él ideó, creó y redactó la reforma constitucional que el Congreso local aprobó para alargar la duración de dos a cinco años la gubernatura que inicia este 1 de noviembre.
Ahora que se perfila como secretario de gobierno de esa entidad ojalá nunca más regrese. Durante tres sexenios seguidos vivió del presupuesto de Chiapas y le hizo daño a la democracia, a la política y al gobierno. Es hora de decirle adiós y hasta nunca al “señor de la lactosa”, y ojalá que por el bien de los bajacalifornianos la Suprema Corte de Justicia de la Nación le tumbe su repugnante espantajo que se conoce como “Ley Bonilla”. ¡Chao!

yomariocaballero@gmail.com