En la Mira / Columna

En la Mira / Héctor Estrada

*** San Juan Chamula, tierra sin ley

San Juan Chamula es tierra sin ley. Desde hace muchos años el municipio vive un escenario de enfrentamientos y violencia constante a causa de la intervención de los partidos políticos para disputarse el poder a punta de balas, linchamientos y secuestros ejecutados por grupos armados financiados desde las altas cúpulas.

Para nadie es un secreto la complejidad que representan los pueblos indígenas de Chiapas. Se han convertido durante décadas en territorios de excepción para las leyes que rigen al resto del país. La confrontación permanente entre el respeto al Derecho Consuetudinario (usos y costumbres) y la aplicación irrestricta al Estado de Derecho han vuelto a estos municipios sitios en permanente convulsión.

El excedido poder de “autodeterminación comunal”, el miedo de los tres niveles de gobierno para afrontar situaciones que podrían desembocar en inevitables confrontaciones violentas y la consecuente ausencia de autoridad judicial se han convertido en tierra fértil para el crecimiento de actividades ilícitas como el tráfico de drogas y armas dentro de esos territorios, sin que se haya hecho mucho para detener su expansión.

Muchos de los municipios indígenas de Chiapas son hoy lugares donde las disputas se arreglan a punta de disparos. Los grupos antagonistas (del rubro o intereses que sea) se han armado a tal grado que ya superan por mucho la capacidad de las autoridades policiacas locales. Y los episodios de muerte, revanchas, linchamientos, balaceras y ejecuciones sobran entre los ejemplos públicamente conocidos.

Pero fue la ambición del gobierno encabezado por Manuel Velasco Cuello la gota que derramó el vaso. La obsesión por apoderarse de municipios añejamente gobernador por candidatos “de unidad” emanados del Partido Revolucionario Institucional (PRI) terminaron dividiendo y confrontando a grupos que todavía siguen en disputa sangrienta por el poder político de municipios como San Juan Chamula.

Chamula es sólo el ejemplo más sangriento de lo que sucede en otros municipios indígenas de la entidad. La obsesión por apoderarse de municipios añejamente gobernador por candidatos “de unidad” emanados del Partido Revolucionario Institucional (PRI) terminaron dividiendo y confrontando a grupos que todavía siguen en disputa sangrienta por el poder político de municipios como San Juan Chamula.

Con la discordia en su máxima expresión, los pueblos indígenas divididos en nuevas disputas políticas, la dispersión de armas sin control y un “gobierno verde” dispuesto a lo que fuera para financiar y empoderar a sus aliados la violencia se desató sin precedentes, dejando como saldo episodios como el asesinato multitudinario del presidente municipal Domingo López González y parte de su cabildo en julio 2016.

Hoy sucede algo similar con el gobierno morenista Ponciano Gómez y la oposición violenta del priista Juan Shilón, autoproclamado presidente del Consejo Municipal. El más reciente hecho armado sucedió el pasado 15 de diciembre cuando seguidores de Shilón abrieron fuego frente la casa del alcalde. Chamula es un polvorín que puede estallar con mayor intensidad en cualquier comento y que lamentablemente seguirá dando de qué hablar… así las cosas.