Mario Caballero / Columna

Letras Desnudas / Mario Caballero

*** ¿Qué nos espera tras la legalización de la mariguana?

Para responder a la pregunta que da título a esta columna creo basta recordar las palabras de la Dra. Nora Volkow, directora de Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas (NIDA por sus siglas en inglés), que decía que la despenalización de la mariguana habría que verla como lo que realmente es: un problema médico. Pues no podemos darnos el lujo de aceptar una tercera droga cuando ya tenemos muchos problemas con dos drogas legales: el alcohol y el tabaco.

La experiencia mundial demuestra que la legalización de la marihuana no disminuye el narcotráfico, no representa un beneficio para el país vía impuestos por su comercialización, sus usos médicos son escasos y nunca ha dado muestra de ser una solución para disminuir la violencia y la inseguridad.

Consulté al experto Carlos Hiram Culebro Sosa, autor del libro “Las Drogas”, quien ha dado ponencias al respecto en Albuquerque, Santa Fe y Washington, en la Unión Americana, que de entrada comenta que lo que nos espera con la legalización de esa droga es que se incremente el consumo, con las consecuencias que ello implica.

Bajo su experiencia no tiene ninguna duda que tras la aprobación del uso lúdico de este estupefaciente habrá un mayor abuso de la mariguana, cuyas consecuencias primarias son el incremento de la población adicta, sobre todo jóvenes. Asimismo, mayor incidencia delictiva, aumento de diversas enfermedades físicas y mentales, mayor número de accidentes de tránsito, deterioro de los lazos familiares y protestas por parte de los grupos sociales que sufren las infracciones y delitos de los consumidores. Como ha ocurrido en Reino Unido, Holanda, Canadá, Suiza o Italia.

En el caso de Inglaterra, “aunque no se trató de mariguana sino de heroína” -refiere el psicólogo Culebro Sosa, también maestro en Ciencias de la Salud por la UNACH-, las autoridades pensaron hace más de 40 años que si se permitía el uso médico de esa droga los pacientes irían a las clínicas oficiales a recibir el tratamiento adecuado. Sin embargo, provocó que médicos ambiciosos fomentaran el consumo de la droga en el mercado negro.

Ante el problema, se cambió la heroína por metadona. Pero, entre 1970 y 1980, el número de adictos incrementó un 100 por ciento, principalmente porque una cantidad elevada de adolescentes se iniciaron en el consumo de esas drogas, y según nuestro experto esto último es una de las consecuencias que se esperan para el país, ya que habiendo una mayor accesibilidad a toda sustancia adictiva, hay un mayor consumo de la misma.

Algo similar sucedió en Holanda, donde la marihuana no fue legalizada explícitamente, pero autoridades municipales emitieron reglamentos permisivos para su consumo. Y hacia 1988 el 20 por ciento de los adictos en Ámsterdam eran extranjeros, responsables del 80 por ciento de los delitos contra la propiedad, lo que obligó a incrementar el número de policías, y a pesar de ello el número de crímenes se elevó de manera preocupante.

Hasta la fecha, la población de ese lugar está cansada de los problemas causados por los adictos a esa sustancia.

“Sin duda, Mario, esto sucederá en México en cuanto se instalen los coffee shops. Esta repercusión, demostrada con cifras oficiales, es negada por los promotores de la legalización. Quiero precisar que quienes envían mensajes asegurando que en Holanda no sucede nada, los dirigen al público en general sobre el supuesto de que la población ignora lo que son hechos conocidos”.

Una investigación de 2012, citada por el doctor Rafael Velasco Fernández en su texto “La mariguana: el debate”, demuestra que en Australia y Nueva Zelanda el consumo per cápita de marihuana y anfetaminas ha alcanzado el primer lugar mundial, junto a Estados Unidos y la República Checa.

Australia tiene una política de gran tolerancia apegada al enfoque “harm reduction” (que es algo así como: puedes consumirla, pero sólo la que te hace menos daño), contrario a las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud. Su programa preventivo ha sido un fracaso rotundo y perdura el envío de mensajes ambiguos a los jóvenes sobre las drogas.

En cuanto a los padecimientos por el consumo de la hierba, Culebro Sosa menciona “la esquizofrenia (popularmente conocida como locura), trastornos de ansiedad, depresivos y de personalidad; cáncer, problemas del sueño y en la alimentación, además de alteraciones en el sistema cardiovascular, respiratorio y endócrino. Y la atención de estos representará una pesada carga presupuestaria para el Estado, para el propio enfermo y su familia”.

Algo más, el consumo de esta droga reduce el tiempo de reacción de las personas, altera la atención y la coordinación, lo que deviene en accidentes de tránsito.

Bajo la perspectiva de Carlos Hiram, tras la legalización de ese narcótico hay intereses económicos de las trasnacionales que se benefician con esas medidas y también legisladores que ingenuamente consideran que de esa manera se abate el narcotráfico. Sobre esto último, dice que aparte de que esto es una aberración, los diputados que ya van de salida devolvieron la ley a la Cámara de Senadores con 17 reformas anticonstitucionales.

Ante este contexto, hay que ver que, en los dos últimos años, durante la discusión de la regularización de esta droga en el Congreso, el consumo de la marihuana aumentó 50% en México. Si esto fue antes, ¿entonces qué panorama nos espera ahora que ya fue aprobada?

Si bien es claro que la legalización de este alucinógeno no es una alternativa viable, ¿qué debe hacerse? –pregunté al experto.

“Coincido con su apreciación. Y lo que debe hacerse es lo que han hecho otros países como Suecia, Japón o China, donde su penalización ha regulado su consumo.

“Me limitaré a expresar lo ocurrido en Suecia. Este país legalizó las drogas en 1975 y el resultado fue lo que nos espera en México sin duda alguna: aumentaron los delitos, las enfermedades mentales y la violencia social. En ese país siguieron la estrategia de que los adictos registrados como tales podían obtener su droga favorita en las farmacias mediante una prescripción médica. Esta disposición demostró que prolonga la adicción y expande el consumo, elevando de manera alarmante el de la marihuana.

“Preocupada por la situación, esa nación logró reducir significativamente el consumo de drogas en las décadas 70 y 80 al endurecer las sanciones y emitir un claro mensaje de que no se tolerarían las drogas ilícitas en la sociedad.

“El éxito obedeció a muchos factores, como las medidas sobre la oferta y la demanda, el impulso de la cultura preventiva en todos los niveles sociales y amplios programas de tratamiento. También por la organización, financiamiento y creación de una Coordinación de la política nacional sobre drogas.

“La oferta la redujeron a través de un eficiente trabajo aduanero, de seguridad y judicial.

“En la actualidad, ese país está entre los de más bajo consumo de marihuana y otras drogas.

“Después de autorizarse en México el uso de la marihuana con fines recreativos, ¿sabe usted de alguna campaña penetrante para informar de los efectos dañinos que provoca? Yo no”.

Yo tampoco. Y sigo creyendo, más con esta puntual explicación, la cual le agradezco al maestro Carlos Hiram Culebro, que saldrá peor el remedio que la enfermedad.

@_MarioCaballero