Mario Caballero / Columna

Letras Desnudas / Mario Caballero

 *** ¿Por qué no corren a Ernesto Gómez Pananá?

¿Por qué ninguno de sus superiores le ha pedido la renuncia a Jesús Ernesto Gómez Pananá, titular de la Oficina de Representación de la Coordinación de Becas para el Bienestar Benito Juárez en Chiapas? ¿Por indiferencia? ¿Por complicidad? ¿O por lástima?

Porque es lo mínimo que se merece después de tantas y reiteradas denuncias en su contra por nepotismo, tráfico de influencias, acoso sexual, hostigamiento laboral y presunta corrupción de los recursos del programa arriba mencionado, que es uno de los estelares en el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.

El de Gómez Pananá es el clásico ejemplo del júnior que llega a ocupar altos puestos en el gobierno por el apellido que tiene, más que por sus méritos personales.

Este funcionario es hijo de uno de los políticos mejor recordados de Chiapas, cuyo legado en diversos ámbitos de la vida profesional, como la medicina y el humanismo, hizo que uno de los hospitales más importantes del estado fuera bautizado con su nombre: Dr. Jesús Gilberto Gómez Maza.

Ernesto Gómez Pananá llegó al poder siendo arrastrado por la ola lopezobradorista de hace tres años. Desde que comenzó a dar sus primeros pasos en la política ha buscado ser candidato a puestos de elección popular, pero no lo ha conseguido. Es un tipo sin carisma, arrogante, que mira a todo mundo por encima del hombro. Se pasea con aires de intelectual, pero no es más que pedantería. Aunque lo peor no es eso, sino su incompetencia.

Es licenciado en Psicología y cuenta con una maestría en Comunicación, por la cual ha hecho “talacha” en el oficio periodístico durante varios años a través de una colaboración llamada Galimatías, que ha aparecido en diversos medios locales sin pena ni gloria.

Supongo que de lo único que de verdad puede estar orgulloso es de haber sido campeón nacional de natación, que para el servicio público poco vale. Si no hay que preguntarle a Ana Gabriela Guevara, medalla de plata en las Olimpiadas de Atenas 2004, quien como directora de la Conade ha sido un rotundo fracaso, además de estar señalada de corrupción.

Para muestra de su incompetencia, va un botón. Para el proceso electoral de 2012, Gómez Pananá era representante del partido Movimiento Ciudadano ante el órgano electoral. Se le ocurrió denunciar ante la Comisión de Fiscalización Electoral del Estado de Chiapas a Manuel Velasco Coello por los actos de promoción personalizada y actos anticipados de precampaña y campaña. Solicitando, asimismo, que fuera sancionado con la pérdida del derecho a ser candidato a la gubernatura.

Los magistrados del tribunal electoral le dijeron “oye, mijo, la denuncia que interpusiste contra Manuel Velasco (expediente número COFEL/PES/002/2012) no procede ya que los señalamientos que hiciste son infundados unos e inoperantes otros, además no diste ninguna prueba”.

Para acabarla, bajita la mano le dijeron que era un reverendo inepto, pues sancionar al hoy senador por la supuesta imagen de su persona en los spots de televisión era una facultad reservada del entonces Instituto Federal Electoral y no una competencia de la Comisión de Fiscalización Electoral.

 

ACUSACIONES

El domingo 12 de noviembre de 2017, bajo el título “La política actual es como si la política fuera un supermercado”, apareció una entrevista que Ernesto Gómez Pananá concedió para un medio local.

Rescato una sola respuesta de toda la entrevista con el propósito de dejar en claro que aparte de pedante e incapaz de dar resultados, Pananá también es un político incongruente.

Lo cuestionaron: “¿Considera que en Morena existe la posibilidad de participar en el cambio que México y Chiapas necesita?”, y respondió:

“Desde el Movimiento de Regeneración Nacional se pueden hacer bien las cosas, se pueden abonar para que la política en Chiapas regrese a su esencia, para que la gente se refiera a una persona política como una persona íntegra y no como una persona corrupta”.

Pero Ernesto no predica con el ejemplo.

Ciertamente, Gómez Pananá es morenista. Pero desde que ingresó a la titularidad de la Oficina de Representación de la Coordinación Nacional de Becas Benito Juárez, no ha hecho nada por mejorar la imagen del político. Todo lo contrario, su nombre ha estado muchas veces implicado en bochornosos escándalos. Como el sucedido el 14 de marzo de 2020.

Ese día, entre otros funcionarios de diferentes instituciones públicas, fue colgada una lona con su nombre e imagen en las rejas de la entrada principal del Congreso del Estado, en la que lo acusaban de ejercer acoso sexual en contra de varias mujeres. La leyenda escrita decía, y cito:

“Ernesto Gómez Pananá. Se burla y engaña a mujeres involucrándose con tres o cuatro al mismo tiempo y cuando se ve descubierto, desaparece sin dar la cara, habla mal de ellas señalándolas de locas y obsesivas. Es un abusador psicológico de peligro. Somos un grupo de mujeres víctimas que nos ha causado síndrome de estrés postraumático, además de pérdida de autoestima, trastornos de ansiedad o trastornos del estado de ánimo”.

¿Acaso esa es la imagen de persona íntegra de la que hablaba, de la que un morenista como él debe dar a la sociedad?

Ahora bien, ¿qué pasó con eso que de un morenista no es un corrupto? Porque por lo que sabemos, él no va de acuerdo ni con lo que dice y menos todavía con el postulado de “no mentir, no robar y no traicionar”.

Miente al autodefinirse como un político honesto. El año pasado fue señalado de utilizar las becas en su beneficio personal. Pues tras una revisión, la Secretaría del Trabajo lo acusó de contratar a cinco muchachos para su negocio “La Casa de las Tías”, que se dedicaba a la venta de tamales típicos de Chiapas y que él mismo se vio obligado a cerrar tras conocerse el escándalo.

De los cinco becarios dos se dedicaban a mantener su página de internet “Galimatías”, y la única mujer fungía como su asistente personal. ¿Eso no es corrupción? ¿Es ser honesto?

También es un traidor a la 4T. Fuentes a este autor relatan que Gómez Pananá ha contratado gente corrupta de gobiernos pasados en las 18 sedes auxiliares que existen de la Coordinación Nacional de Becas Benito Juárez en Chiapas, con los que se dice ha tramado una red de corrupción que acosa a los trabajadores, al mismo tiempo que desvía los recursos del programa.

Uno de ellos es el priista Mauricio Juárez Ventura, jefe de la sede auxiliar de San Cristóbal de las Casas, quien el sexenio pasado fue jefe de la Unidad de Atención Regional del programa Prospera en Chenalhó, de donde salió acusado de corrupción, y ahora lo señalan de hostigamiento laboral y peculado.

 

¿QUÉ ESPERA?

A la sazón, ¿qué espera Abraham Vázquez Piceno, coordinador nacional del programa, para pedirle la renuncia a Ernesto Gómez Pananá, quien hasta el momento no ha presentado ningún avance en los indicadores del programa estrella del presidente López Obrador?

No es posible que el gobierno de la Cuarta Transformación, que dijo que sería diferente, tolere a personajes como Pananá que cobra un sueldo mensual de más de 80 mil pesos, ¿y para qué? Para ser exhibido públicamente como un agresor sexual.

 

@_MarioCaballero