Héctor Narváez / Columna

Columna Sur/ Héctor Narváez

 2022: El año del “PRI-MOR”

El Presidente López Obrador mandó un claro y contundente mensaje para 2024.

Y apenas se los adelante esta semana: durante 2022 se darán los reacomodos políticos que sean necesarios, para allanar el camino a la sucesión.

Así, es evidente que este será el año del “PRI-MOR” y que se mostrará en su máximo esplendor.

El poder:

Hay que reconocer que el tabasqueño, no se duerme en sus laureles. Porque se percibe que si le ha echado cabeza para empezar a mover el ajedrez de 2024.

De hecho, ya lo tenía “cantado”: desde antes que terminara el 2021, anunció que le hizo la invitación a la ex Gobernadora de Sonora, Claudia Pavlovich, para ser parte de su administración.

Apenas inició este año y la nombraron como Cónsul en Barcelona, un cargo en el exterior que destaca y que se ve como un premio hacia una priísta de parte de la “4T”.

Sonora, después de ser un bastión del tricolor, pasó a manos de Morena con Alfonso Durazo.

Aunque no es la única “joyita” que adquirió este sexenio, también jaló al ex Gobernador de Campeche, Carlos Miguel Aysa González, quien fue designado embajador en República Dominicana.

Campeche, es otra entidad que ganó Morena en 2021 con Layda Sansores. Para que entiendan el nivel de acuerdos y pactos que existen.

Además, Aysa resulta ser el sustituto de Alejandro Moreno Cárdenas, “Alito”, quien dejó la gubernatura en 2019 para buscar la dirigencia nacional del PRI.

Y se prevé que se den más nombramientos de priístas y hasta panistas en los siguientes meses en cargos en el extranjero y también en una que otra Secretaría.

Con esto, el Presidente prácticamente está armando su equipo político y electoral que lo ayudará a sacar adelante la sucesión presidencial.

El poder es el poder. Y quien sabe ejercerlo, hace maravillas.

Al enemigo, de cerca:

Aunque este amasiato para nada es nuevo menos reciente.

Se sabe que los acuerdos entre AMLO y el PRI y el PAN, “la mafia del poder”, se consumaron en la elección de 2018.

En el último debate presidencial, los candidatos José Antonio Meade y Ricardo Anaya, pactaron con el morenista: se le reconocería el triunfo al que ganara.

Y así fue. Tanto el priísta como el panista, salieron aquella noche triste de julio de hace casi cuatro años, a decir públicamente que los resultados no les eran favorables.

Este pacto incluía impunidad para ellos, además de ceder posiciones en la administración federal.

Por eso se cree que Peña Nieto se autoexilió al extranjero, para apartarse de los reflectores y que no lo involucraran con este sexenio.

Mientras, Meade se quedaba de alguna manera como el interlocutor en Palacio Nacional, quien ya fue recompensado con un cargo empresarial en el corporativo Chedraui.

Lo de Robles y Lozoya que están en prisión, también se habría acordado, porque de alguna manera tenían que sacrificar “cabezas” de la administración pasada.

Para amarrar este pacto, al PRI le han dado la mesa directiva en la legislatura pasada y actualmente le entregaron la Junta de Coordinación Política en la Cámara de Diputados Federales.

Así, una buena parte de los tricolores están disciplinados con el actual Gobierno de la República, específicamente con López Obrador.

Otro dato interesante, es que en varias dependencias federales mantiene a empleados priístas, como sucede en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.

Los que se han rebelado son los panistas seguidores de Ricardo Anaya, que también “se agarró del chongo” con Peña en su Gobierno, y eso le ha costado que de igual manera se autoexilió.

Por el mismo camino iba Peña Nieto, de quien corrieron las versiones a finales de año que planeaba regresar al país en este 2022 y comenzar a trabajar en la posible candidatura del PRI para la Presidencia.

Esto pudo influir para que AMLO buscara un acuerdo rápido y mantener contento a los priístas, con darles cargos diplomáticos, además que eso le ayudará para sus planes de la sucesión presidencial.

Porque es preferible tener al enemigo de cerca. Para saber lo que está tramando.

2022: el año del “PRI-MOR”. Y aunque no lo quieran los militantes, pero se unirá “el agua (la derecha) con el aceite (la izquierda)”.

Moraleja: Amor con amor se paga… ¡Por algo lo ha dicho tantas veces el Presidente!.

Al margen: ¡El otro reacomodo!.

Después de pasar los primeros 100 días de Gobierno, varios alcaldes de Chiapas se disponen a hacer cambios en sus ayuntamientos.

Y como suele suceder, algunos serán despedidos al terminar el compromiso político, otros para que dejen el espacio para recomendados y muy pocos se irán realmente porque no dieron el ancho. El otro reacomodo. ¡A ver cuántos quedan inconformes!

Por último: ¿Será posible?.

Mientras, circula información en la capital de Chiapas, que las autoridades tienen en la mira a varios ex alcaldes por malos manejos.

Sobre todo, a quienes pertenecen a la zona de la Sierra. Todo parece indicar que es una consigna superior. ¿Será posible? ¡Hasta no ver, no creer!.

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