Mario Caballero / Columna

Letras Desnudas / Mario Caballero 

*** Babea 

Fue en una tarde de 2005, conducía su lujosa camioneta recién estrenada. Se paseaba por las polvorientas calles de Jiquipilas. Según cuentan, ya llevaba algunas horas dando vueltas por todo el municipio. Andaba buscando a alguien. Y no se detuvo hasta que lo encontró, que era a uno de los hijos de los hombres más ricos del lugar, que estaba platicando con sus amigos en la acera de un negocio enfrente del parque central.

Iba vestido de pantalón de mezclilla, camisa por fuera y mocasines. En la muñeca derecha usaba un bonito reloj de oro y en la otra, una gruesa esclava. Se paró mero enfrente del muchacho, de no más de veinte años de edad, y le dijo: “Ahora tengo más dinero que tú”.

El interfecto era Enoc Hernández Cruz, quien había bajado de su camioneta sólo para presumir que ya era millonario. Acaba de terminar su periodo como presidente municipal de San Cristóbal de las Casas, la misma ciudad que en 2015 y 2021 quiso volver a gobernar bajo las siglas de Mover a Chiapas y el Partido Encuentro Solidario (PES), respectivamente.

NO ES MORENISTA

Hoy mismo, miente cuando dice que de ganar la dirigencia estatal de Morena el próximo 6 de agosto privilegiará la unidad por encima de las diferencias personales y que promoverá espacios para la participación de los jóvenes, de los pueblos indígenas y de los grupos vulnerables, de tal forma –dice- “que todos estemos representados en la nueva dirigencia estatal de Morena”.

La verdad es que a Enoc Hernández nunca le ha importado el partido que ahora es gobierno en Chiapas y en México, y si pretende dirigirlo no es para darle voces a las minorías ni a los verdaderos morenistas, sino para satisfacer su hambre de poder. Pues ni trabajó en la construcción del partido y tampoco puede ocultar que desde que probó las mieles del poder ambiciona ser gobernador.

Enoc no es político, sino un vividor de la política. Cuando habla de trabajar por la militancia, lo que en verdad dice es que busca beneficiarse de ella. ¿Cuándo fue dirigente estatal de Podemos Mover a Chiapas impulsó a la militancia? No, sólo satisfizo sus intereses personales. Vio en el nuevo partido local la oportunidad para promocionar sus proyectos políticos, igual que como hizo con la sociedad sancristobalense hace 20 años.

Recapitulemos: respaldado por empresarios y caciques de la región, regaló cobijas a unas cuantas familias y para qué, para tomarse la foto, para ganar sus cinco minutos de fama y eso lo acercó al exgobernador Pablo Salazar, quien le consiguió la candidatura con la que logró ganar en 2002 la alcaldía sancristobalense, en medio de una clara elección de Estado. Es decir, utilizó las necesidades de las personas para hacer proselitismo y llegar al poder.

Se dice que, tras su arribo a la presidencia municipal, los caciques que lo respaldaron en su proyecto político recibieron importantes contratos del Ayuntamiento por adjudicación directa, además de todo tipo de prebendas. Mientras que a la gente que confió en él, que le entregó su voto, jamás volvió a atenderlos.

HIPÓCRITA

Enoc Hernández es un hipócrita. Así como hoy dice que es un adorador del presidente Andrés Manuel López Obrador, también ha dicho que es un fervoroso de Dios. Pero la verdad es que sólo usa el nombre de Dios para usarlo de carnada política, para conseguir adeptos entre la población católica y cristiana, tal como hizo durante las dos campañas políticas pasadas.

Para muestra un botón. Siendo candidato a la alcaldía de San Cristóbal en 2015, por Podemos Mover a Chiapas, tuvo un encuentro en el estacionamiento del Mercado del Norte con varias iglesias evangélicas del municipio. Ahí, aparte de prometer garantías a la libertad de culto y privilegios para las congregaciones protestantes, rindió la oración de fe ante cientos de cristianos, jurando conducirse bajo los mandamientos de Dios y erigir un gobierno justo y agradable a la mirada del Todopoderoso.

Sin embargo, horas más tarde estaba en la Plaza de Toros La Coleta con parte de su equipo de campaña, su esposa, algunos familiares y amigos para presenciar el concierto de “El Chapo” de Sinaloa. Enoc salió del lugar ahogado de whisky. Pagó la borrachera de sus invitados con dinero de la campaña, mismo que salió del impuesto de los ciudadanos.

Enoc Hernández no es de fiar. Hoy podrá decir que desde su plantilla buscará fortalecer la participación de mujeres y hombres leales y comprometidos al Movimiento de Regeneración Nacional, pero en esto también miente.

La verdad es que nunca ha simpatizado con AMLO. En presencia de este columnista muchas veces dijo que el tabasqueño era un loco, un hombre obsesionado con el poder, que era lo peor que podría pasarle al país. Ahora resulta que simpatiza con los ideales de la 4T. Hipócrita.

POR OTRO LADO…

Enoc siempre ha utilizado los cargos públicos para el beneficio personal.

Siendo diputado local, puesto que ejerció después de ser presidente municipal, sólo subió a la tribuna para promover las iniciativas del exgobernador Juan Sabines Guerrero, quien también fue su benefactor, o para desacreditar a los opositores del gobierno. Nunca alzó la voz para exigir servicios de salud de calidad, ni mejoras al sector educativo. Tampoco lanzó propuestas de promoción a las artes y la cultura, ni gestionó recursos para la construcción de infraestructura deportiva y turística.

Tiempo después, durante los dos periodos que fungió como director general del Icatech, dependencia perteneciente al sector educativo estatal, usufructuó de los recursos de la institución, concediendo múltiples favores a sus hermanos, esposa, cuñados, compadres, amigos y demás allegados, que cobraron en la nómina sueldos bastante generosos, algunos de ellos incluso sin trabajar.

En los varios años que estuvo al frente de mencionado organismo no impulsó la educación de los chiapanecos. Por el contrario, se dice que malversó los fondos de esta institución educativa para agrandar su patrimonio y catapultar su imagen.

En 2015, patrocinó una competencia de arrancones en San Cristóbal en la que una persona murió atropellada. Pero no es todo. En el momento en que se supo de la muerte de Alejandro Pérez Vázquez, se deslindó de todo compromiso y hasta se comentó que pagó bastante dinero, presuntamente de las arcas del partido Mover a Chiapas, para que los medios locales culparan del homicidio a otros funcionarios.

¿NO ROBAR?

También miente cuando dice que promocionará los postulados de “no mentir, no robar y no traicionar”.

Enoc Hernández no puede hablar de ello cuando su desempeño ha estado implicado en casos de corrupción, nepotismo, abuso de autoridad, abuso de funciones, despotismo, peculado y desvío de recursos públicos.

Actualmente es dueño de varias empresas de diferentes giros comerciales, así como de concesiones de transporte público, estaciones (piratas) de radio, ranchos ganaderos, residencias y una colección de automóviles de lujo, salidos según de la corrupción que encabezó al amparo del poder durante el sexenio pasado.

Enoc Hernández Cruz no es un morenista, no es un seguidor del presidente López Obrador, sino sólo un oportunista más que babea al sólo pensar en los más de 30 millones de pesos que Morena recibe anualmente de financiamiento público.

yomariocaballero@gmail.com