Héctor Estrada / Columna

En la Mira / Héctor Estrada

Imposición de Trinidad Palacios, el nuevo error garrafal de Manuel Velasco 

Todo parece indicar que este martes finalmente se habrá de consumar la más vergonzosa de las últimas imposiciones cometidas por el gobierno de Manuel Velasco en el ocaso de su administración. Se trata de la “elección” del actual presidente de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos (CEDH), Juan Oscar Trinidad Palacios, como nuevo titular del Poder Judicial del Estado de Chiapas.

Y es que, desde el interior del Congreso de Chiapas, este fin de semana se propagó la información de que el gobernador ya habría enviado la propuesta al legislativo para someter a votación la elección de Trinidad Palacios en sustitución del aún magistrado presidente Rutilio Escandón Cadenas. La votación, evidentemente de mero trámite, se estaría realizando en sesión extraordinaria al medio día del 16 de enero.

Las intenciones de imponer Juan Oscar Trinidad al frente del Poder Judicial no son nada nuevas. Desde a principios del año pasado los rumores sobre su posible migración hacia el Tribunal Superior de Justicia eran un “secreto a voces”, pero la reacción desde las organizaciones de la sociedad civil fue una contundente oposición. El desempeño de Trinidad Palacios al frente de la CEDH ha sido francamente desastroso.

Los antecedentes violatorios de Juan Oscar al frente de la CEDH son ya del conocimiento público. En menos de tres años Trinidad Palacios ha sido sometido a diversos procedimientos judiciales por omisiones y desacatos a la ley que lo han colocado en el ojo del huracán. Y para pruebas fehacientes están los expedientes de la demanda de amparo 1382/2016 ante el Primero Juzgado de Distrito de Amparo y Juicios Federales y la carpeta de investigación FED/CHIS/TGZ/0001354/2017 ante la Procuraduría General de la República.

Al aún presidente de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos se le ha acusado públicamente de haber ignorado las peticiones formales para solicitar la Alerta de Género en Chiapas, de incumplir de manera flagrante lo establecido por Ley de Víctimas para el Estado de Chiapas en materia de la instalación de la Comisión Ejecutiva Estatal de Víctimas y de omitir por varios años la instalación del Consejo Consultivo. Todas, graves omisiones y desacatos a la normativa vigente.

Las denuncias de diversas organizaciones de la sociedad civil sobre la falta de eficacia durante la titularidad de Trinidad Palacios se han convertido en una constante. La demora en la atención de quejas debido a la complicidad con los imputados son causa de denuncias persistentes. Y para muestra están los expedientes 224/2016, 149/2017, 0900/2014 y 0360/2016, entre otros que demoraron hasta dos años a la espera de simples pronunciamientos o recomendaciones.

Son innumerables los expedientes en la misma situación. Un pronunciamiento de la CEDH puede tomarse un año, dos o más, mientras que en términos de la Ley los procedimientos deberían ser “ágiles, expeditos, breves y rápidos”. Sin embargo, hay omisiones aún peores. De acuerdo al contenido del Oficio CEDH/UT/33/2017, hasta el año pasado no se había encomendado ni una sola relatoría, por lo que es inexistente un análisis puntual y oportuno sobre la situación de los Derechos Humanos en Chiapas.

Juan Oscar Trinidad palacios se ha convertido en unos de los personajes más controvertidos y conflictivos de la actual administración. Su estatus como flagrante “revictimizador” en materia de derechos humanos desde el sitio que aún ocupa es grave desde el ángulo en que se quiera observar. El currículo hecho durante su paso por la CEDH no es nada alentador y lo ha colocado ya como el ombudsman más señalado y denunciado en la historia de Chiapas.

Sin embargo, nada ha sido suficiente para detener el capricho de quienes intentan imponerlo. Sólo han esperado a que las aguas se tranquilizaran para retomar las intenciones de llevarlo a la titularidad del Poder Judicial en una de las peores decisiones que habría de tomar Manuel Velasco Coello en el último lapso de su administración. La decisión podría significarle costos altos que no debería asumir en una situación tan compleja como la que hoy atraviesa… así las cosas.