César Trujillo / Columna

Código Nucú / César Trujillo

*** PVEM, antípoda de la izquierda 

Leonel Luna Estrada, coordinador nacional electoral del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), afirma que el instituto político al que ahora pertenece es de centro-izquierda. Es más, que apoya al presidente Andrés Manuel López Obrador y se desmarca de Morena —curioso juego con miras al 2021—, buscando justificar su aserción.

Quizá Luna Estrada se quedó con parte del discurso que usó cuando fue jefe delegacional de Álvaro Obregón y pertenecía al PRD, al que abandonó hace apenas unos meses. Sí, porque a él como político le importa el puesto, no la ideología. De ahí que se confunda y emita mensajes erróneos. Punto en contra.

Quizá fue sólo un tropiezo ideológico y lingüístico lo que lo llevó a realizar tal afirmación al buscar incrustar al PVEM en un concepto que muchos políticos usan y desconocen, incluso, los antecedente ­—filosóficos, económicos y políticos— originados en la Ilustración, la Revolución francesa y la Revolución Industrial.

Por ello Luna se ha dedicado a realizar eventos con militantes y simpatizantes en últimas fechas. Cierto, aprendió la forma de moverse en los grupos dentro del sol azteca. Quizá, incluso, entienda que se deben fortalecer las bases para consolidar los proyectos políticos de los partidos —más por el ingente descrédito que pesa sobre las alas del tucán en todo el país—, pero de eso a llamarse de izquierda es un chiste que se cuenta solo.

En política hay algo cierto: el tucán es la antípoda de la izquierda. No hay duda de ello. Su proyecto se ubica en el predominio y el cobijo de los intereses de grupos privilegiados dentro del poder. Su bandera es, y será, la del arribismo político: de ahí que muestren un coqueteo con el Ejecutivo federal y miren con desdén al partido que hoy gobierna.

Y no es cuestión ideológica, aclaro, sino una estrategia para mostrarse afín a un proyecto que poco les importa mientras sigan cosechando canonjías y obteniendo espacios dentro del poder. Porque lo que nació como una alianza entre vecinos que vieron trastocados sus espacios verdes, lo que soñaron que podía ser un partido en defensa del medio ambiente, se ha convertido en un instituto conformado por intereses aviesos y personajes viles.

Si el PVEM ha votado junto con Morena en la Cámara de Diputados y en el Senado no es asunto de ideologías, repito. Su mismo coordinador en la Cámara Alta, el senador Manuel Velasco Coello, ha sido claro al señalar que respaldan las propuestas de AMLO y se consideran “aliados” de él. Las alianzas, ojo, siempre son estratégicas: cero sentimentalismos, corrientes o pensamientos.

Así, sabemos que izquierda y derecha son identidades antitéticas. Se contraponen y complementan, señalan algunos. Son metáforas, sí, otorgadas por el conocimiento general de una época, pero usted eso ya lo sabe.

Sin embargo, hay que recordar el sexenio del PVEM en Chiapas para entender que la afirmación de Leonel Luna es burda y risible. La peor administración que ha tenido la entidad es la del Verde que pasó por sobre todo y todos. Los datos están a la vista.

Fue el sexenio de los oídos sordos, la frivolidad, los nuevos ricos, los excesos y el manoseo al erario; el de las instituciones rebasadas, los abusos a los usos y costumbres de los pueblos originarios que, no olvidemos, se saldó con desplazados y decenas de muertos, incluyendo al presidente municipal de San Juan Chamula ejecutado en plena plaza pública y a la vista de todos.

El PVEM es todo menos un partido de izquierda. Ni siquiera con el término “ecologismo”, derivado de diversos movimientos sociales, encaja. Recordemos sus leyes del que contamina paga y repara el daño, el de vales de medicinas para todos, y echemos un vistazo a la realidad que nos golpea de forma brutal. Es, sí, un partido electorero que usa banderas sociales y que se encarga de proteger intereses que no son los del pueblo.

No creo que se les haya olvidado a los tucanes la sobreprotección que le brindaron a la calera que ya clausuraron —el ahora presidente municipal de Tuxtla Gutiérrez fungió como secretario del Medio Ambiente e Historia Natural en ese tiempo—, el respaldo a la trasnacional Proactiva pese a los señalamientos en su contra sobre lixiviados, el silencio ante las denuncias por contaminación a mantos freáticos y recursos hídricos hechos por pobladores y el propio activista Héctor Montesinos, la complicidad en el daño a la selva Lacandona, entre mucho más.

Si bajo todos estos excesos en detrimento del medio ambiente, arriba señalados, el tucán se considera un partido de izquierda, nomás no se ve claro. No hay compromiso con la democracia ni con la sociedad (usted perdone, pero así lo creo).

Declararse aliado del Presidente de México es un simple juego estratégico para ver qué tanto más cosechan, sobre todo ahora que saben que el senador Velasco Coello tiene cercanía con él. Que las plumas que les quedan sean las del ala izquierda, no significa nada.

Que no se les olvide, como señala Norberto Bobbio, que para reconocer una ideología, una posición política, un programa, un partido y hasta una persona de “izquierda”, es necesario ver su inclinación favorable al ideal de la igualdad.

 

#Manjar En octubre de 2020 se cumplen dos años de gobierno de los presidentes municipales en Chiapas. Entrarán, por si no se han dado cuenta, al golpe de realidad que les mostrará que sus excesos, su servirse con la cuchara más grande, su dispendio, todo aquello que hicieron y dejaron de hacer, les pasará facturas. Quienes desde el primer día escucharon a sus asesores y se rodearon de gente que les dijera lo que deben y lo que no deben hacer, seguro que terminarán más relajados. Los otros, los que creyeron que ser servidor público era tener una empresa, aguas porque aún no han visto la oscuridad del sendero ni el contraste con un traje naranja. No todos van a ser protegidos, sépanlo. La política es de acuerdos y no de pagos anticipados con maletines, señores. Hay una memoria corta y la 4T mostrará la espada de Damocles, y la dejará caer sobre varios que hoy se creen apadrinados. Ya verán. En el combate a la corrupción se requieren mártires. Que levante la mano quien quiera ser uno. Yo ya vi a varios que terminarán mal. #SePonenDeAPechito // “El éxito es la capacidad de ir de fracaso en fracaso sin perder el entusiasmo”. Winston Churchill. #LaFrase // La recomendación de hoy es el libro La peste de Albert Camus y el disco de Mis amigos muertos de Real de Catorce. // Recuerde: no compre mascotas, mejor adopte. // Si no tiene nada mejor qué hacer, póngase a leer.

 * Miembro de la Asociación de Columnistas Chiapanecos.

 * Delegado en Chiapas del Sindicato Nacional de Redactores  de la Prensa.

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