Ariel Grajales Rodas/Semanario Perfiles Villaflores, Chiapas.- La ilusión de miles de frailescanos y costeños de intercomunicarse a través de una carretera más accesible y corta, yace sepultada desde hace más de una década en la Sierra Madre de Chiapas.
El 7 de mayo de 1996, no era un dÃa cualquiera, por fin, luego de cinco años de trabajo, la SecretarÃa de la Defensa Nacional (Sedena) pondrÃa en marcha la construcción del camino Villaflores – Tonalá, con una longitud de 68.92 kilómetros. Desde el campamento militar “Las Guayabitas” partió el contingente, integrado por autoridades municipales e invitados de ambos municipios, personal del Séptima Región Militar y el gobernador Julio César Ruiz Ferro, con rumbo a la población de Miguel Hidalgo, municipio de Tonalá, en donde una comida cerraba la inauguración de la obra.Por única vez, la Reserva de la Biosfera La Sepultura abrió su belleza natural a un convoy de vehÃculos y personas que, aparte de admirar el paisaje y la ingenierÃa castrense, respiró al aire puro de la montaña, que habÃa sido profanada por un camino que serpenteaba sobre su cima y falda.Dos o tres cruces a la orilla del camino, indicaban la muerte de efectivos militares en los trabajos de construcción de la vÃa, que en ese época tuvo un costo de 68 millones 099 mil 778 pesos, de los cuales - según una sÃntesis militar- 60 millones 991 mil 670 pesos fueron aportados por la Sedena y 7 millones 108 mil 118 pesos por el Gobierno del Estado.La esperada pavimentación que correrÃa a cargo de las autoridades estatales nunca se dio y la propia naturaleza se fue encargando de cerrar la herida abierta por el hombre en las entrañas de La sepultura, enterrando también la ilusión de al menos 700 mil frailescanos y costeños que lograrÃan un intercambio comercial, turÃstico y social en menos de una hora.
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Ariel Grajales Rodas/Semanario Perfiles Villaflores, Chiapas.- La ilusión de miles de frailescanos y costeños de intercomunicarse a través de una carretera más accesible y corta, yace sepultada desde hace más de una década en la Sierra Mad