Diócesis de San Cristóbal de Las Casas, Tapachula y Tuxtla Gutiérrez

Diócesis de San Cristóbal de Las Casas, Tapachula y Tuxtla Gutiérrez aseguran que se ha deteriorado la actividad de esta actividad y critican las acciones de los candidatos, quienes han defraudado la confianza del pueblo

Janet Hernández  
Las Diócesis de San Cristóbal de Las Casas, Tapachula y Tuxtla Gutiérrez, señalaron que se ha deteriorado la dignidad de la actividad política al convertirla en ocasión de acceso a los recursos públicos para el enriquecimiento personal, familiar o de grupo.

A través de un comunicado, los obispos Rodrigo Aguilar Martínez, Arnulfo Quintanar Monroy y  el Arzobispo Fabio Martínez Castilla, señalaron severamente las acciones de los candidatos a cargos públicos quienes han defraudado la confianza del pueblo.

“Muchos presidentes han endeudado a sus municipios, desviando el presupuesto, sosteniendo las campañas de sus partidos e incluso, distribuyendo en efectivo los recursos del presupuesto, reforzando el ciclo de la pobreza y la dependencia. 

Es evidente el enriquecimiento ilegal y voraz de numerosos funcionarios, en contraste con los deficientes servicios públicos que deberían beneficiar a la población”.

Así también mencionaron que existe una corrupción presente en los diferentes sectores de la sociedad, pero que tiene su principal raíz y manifestación en numerosas entidades gubernamentales. “El pueblo percibe que las reformas estructurales y la política neoliberal han resultado en mayor costo de la gasolina, el gas, la electricidad, la canasta básica; y en el deterioro de los servicios de salud, educación etc.”.

Indicaron que existen caciques políticos que se han centrado en el beneficio de su familia, o imponen sus propios candidatos y que esto es de dominio público que hay funcionarios y candidatos con historial delictivo  que cuentan con protección de funcionarios gubernamentales.

Aseveraron que  el sistema de partidos políticos ha sido causa de divisiones y conflictos en las comunidades y los pueblos por la corrupción de autoridades locales, la compra de votos, la coacción por los programas sociales, la propaganda engañosa, las promesas falsas, la distribución de despensas y otros objetos para condicionar al votante.

Destacaron que la impunidad hace que se sigan cometiendo delitos electorales para ganar a toda costa. “Se constata la intervención de la delincuencia organizada en la selección o imposición de candidatos y la existencia de grupos armados ilegales al servicio de intereses políticos, económicos o criminales. La población tiene miedo o desconfianza de denunciar ante las autoridades, pues duda que actúen en defensa de los intereses del pueblo”.

Finalmente refirieron que la situación actual presenta grandes retos a la ciudadanía, pues al elegir autoridades ha de buscar que los elegidos asuman su cargo para enfrentar y superar los problemas que aquejan al pueblo de Chiapas.